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Mercurio y vacunas Liga para la libertad de vacunaciones
¿Mercurio y vacunas? Aunque la combinación de un conocido agente tóxico como el mercurio con las vacunas, los medicamentos preventivos por excelencia es contradictoria, desgraciadamente actualmente existen en el mercado español vacunas infantiles y de adultos que contienen derivados mercuriales en su composición. El compuesto mercurial utilizado en estas vacunas es el Tiomersal, cuya
función en la vacuna es la de conservante, pero su uso es muy discutible
por los siguientes motivos:
En algunos casos el tiomersal es utilizado durante el proceso de fabricación de algunas vacunas, pero existen medios tecnológicos para retirar dicho compuesto mercurial de la vacuna reduciendo su concentración a nivel de trazas con lo que se reduce en gran parte el nivel de exposición a dichos compuestos. En resumen no se justifica la presencia del tiomersal en las vacunas, de hecho las preparaciones más modernas ya no lo contienen.
Los mensajes de las autoridades sanitarias son contradictorios mientras
se intenta reducir por todos los medios posibles a la población
las fuentes de exposición a los metales pesados y muy especialmente
al mercurio, con las siguientes medidas:
El Tiomersal es administrado junto con la vacuna por vía subcutánea
y una vez en el organismo se descompone en dos compuestos el tiosalicilato
y el etilmercurio esta última sustancia es una forma orgánica
de mercurio, también conocida como órgano mercurial ó
mercurio orgánico.
Los compuestos organomercuriales se distribuyen en el organismo unidos
a proteínas, atraviesan barrera hematoencefálica por difusión
pasiva o por transportadores de aminoácidos, acumulándose
en cerebro y en eritricitos; también atraviesan barrera placentaria.
Los compuestos organoercuriales son unos conocidos agentes tóxicos especialmente para el sistema nervioso central, y no hay duda de que estos compuestos son de una altísima, toxicidad para el ser humano como numerosos estudios científicos en animales y en humanos causados por accidentes así lo avalan. La molécula de tiomersal contiene un 49,6% p/p de mercurio, la cual una vez inyectada por vía subcutánea genera etilmercurio un compuesto catalogado como organomercurial dichos compuesto son conocidos agentes neurotóxico principalmente para el Sistema Nervioso Central.
La utilización de derivados mercuriales en las especialidades farmacéuticas y cosméticas son de declaración obligatoria y su utilización como excipientes farmacéuticos esta en franco retroceso por los problemas de alérgicos y toxicidad asociados a estos compuestos. En cosmética la utilización de derivados mercúricos esta solo permitida para productos de maquillaje y desmaquillaje de ojos a una concentración máxima de 0,007% en mercurio, indicando su presencia como tiosalicilato de etilmercurio. Es curioso que un compuesto que en cosmética solo este autorizado para uso tan especifico sea en las vacunas inyectado. La tendencia es retirar los derivados mercuriales de los preparados farmacéuticos, incluso ya hay plazo para retirar los dispositivos médicos que contienen mercurio como los termómetros que deberán ser retirados del mercado europeo en el 2004 por su potencial contaminante.
Afortunadamente no todas las vacunas contienen tiomersal, las indicaciones
en que algunas marcas comerciales contienen tiomersal son:
Uno de los problemas más importantes de la intoxicación por metales pesados en este caso el mercurio es que su toxicidad es acumulativa, esta confirmación es especialmente aplicable a las vacunas que contienen tiomersal ya que su administración se realiza consecutivamente a un niño en pleno desarrollo neuronal. Actualmente para una misma indicación hay vacunas que contiene tiomersal y que no, dependiendo del laboratorio e incluso del lote, puesto que en algunos casos los laboratorios han retirado el tiomersal de sus vacunas, pero sin realizar publicidad alguna al respecto para no tener que responder a preguntas embarazosas. La prevención de la exposición al mercurio contenido en las vacunas es extremadamente sencilla, basta con utilizar vacunas que no contengan tiomersal para la misma indicación. Dado que el tiomersal es un excipiente de declaración obligatoria, su presencia en la vacuna esta recogido en el prospecto, por lo que basta leer el mismo para comprobar si la vacuna contiene tiomersal ó no. Los centros de vacunación conocen las vacunas que contienen tiomersal, con lo cual ellos pueden informar a la población interesada sobre las vacunas alternativas necesarias para seguir cumpliendo el calendario de vacunación.
Inexplicablemente no hay limites de toxicidad establecidos para el etilmercurio compuesto generado por el tiomersal. Es decir se esta inyectando por vía subcutánea un compuesto tóxico del que se desconoce su limite de exposición. Tampoco se conoce si las administraciones puntuales como es el caso de las vacunas comportan mayor ó menor toxicidad que la exposición crónica. En el caso de las vacunas infantiles la situación es todavía
peor ya que se esta administrando a través de un calendario de
vacunación oficial a una población infantil como son los
bebes y los niños vacunas (DTP y Hepatitis B) que pueden tener
tiomersal ó no dependiendo del fabricante y del lote. Como no hay límites de toxicidad establecidos para el etilmercurio se debe recurrir a los limites de toxicidad del metilmercurio un análogo químico de este, aunque tampoco hay estudios de toxicidad comparativa entre ambos compuestos las autoridades sanitarias consideran en un ejercicio de imaginación que la toxicidad de ambos compuestos es equivalente, sin un dato que lo avale Los limites de exposición por la dieta en adultos al derivado organomercurial metilmercurio impuestos por las distintas administraciones americanas e internacionales difieren en sus valores pero todas son mismo del orden de magnitud. Es decir se están utilizando limites de exposición crónica por vía oral de contaminación medioambiental en adultos frente a exposiciones intermitentes por vía subcutánea de etilmercurio en forma de tiomersal en niños. Aunque exposiciones intermitentes altas pueden suponer mayor riesgo que dosis diarias bajas. También se desconoce que cantidad de mercurio se puede considerar segura administrada de una sola vez, como es el caso de las vacunas. Después de todas estas salvedades la única posibilidad
de valorar los limites de exposición producidos por el tiomersal
de las vacunas es utilizar los valores descritos para el metilmercurio.
La razón de porque no todos los niños son afectados por el uso de estas vacunas, puede ser tan sencilla como que hay niños hipersensibles probablemente por causas de maduración metabólica y/o genéticas, a estos compuestos cuyos efectos son mucho mas drásticos que para otros niños. También a no ser que un padre evite expresamente las vacunas con tiomersal el azar entra en juego ya que puede recibir entre 7 y ninguna vacuna con tiomersal, dependiendo principalmente del fabricante y el lote de vacuna que ese día tenga el centro de vacunación. Como ejemplo epidemiológico se puede utilizar las personas sensibles a la alergia por el polen. Así pues mientras en una misma ciudad la concentración de polen es muy parecida la gran parte de la población no se ve afectada, pero el grupo de alérgicos lo pasan muy mal, requiriendo en algunos casos tratamiento farmacologico para aliviar sus síntomas. Entonces si esta tan claro para este caso porque es tan difícil de entender y hay tanta reticencia por las autoridades sanitarias en comprender que cuando a una gran población de niños son vacunados repetidas veces con vacunas en las cuales hay una sustancia neurotóxica, cuyo limite de exposición se supera con creces durante cada administración no haya un grupo de niños afectados.
Distintas agencias reguladoras han mostrado su preocupación por
la exposición a la población infantil de compuestos mercuriales,
principalmente el tiomersal proveniente de las vacunas y estas han sido
algunas de las medidas.
Diversas publicaciones científicas han relacionado la mayor exposición al mercurio orgánico que sufre la población infantil proveniente de las vacunas con tiomersal, con un aumento en el número de incidencias de trastornos neuronas tales como retrasos en el lenguaje, síndrome autista y alteraciones de conducta, como la hiperactividad, debido a un calendario de vacunación, cada vez más exhaustivo con vacunas que contienen tiomersal Uno de los estudios más completos realizados por el Comité Inmunologico sobre la Seguridad de la Inmunización (Immunization Safety Review Committee) perteneciente al Instituto de Medicina de US (Institue of Medicine (IOM) publicado el 1 de Octubre de 2001 concluyo: que la evidencia científica era inadecuada para aceptar ó descartar una relación causa efecto entre la exposición a los niños al tiomersal presente en algunas vacunas infantiles y trastornos de desarrollo neurológicos como, síndrome autista, trastornos de hiperactividad y retrasos del lenguaje. Por lo que era necesario realizar estudios adicionales para establecer o rechazar una relación causal. El comité concluyó que la hipótesis de que el tiomersal procedente de las vacunas podría estar relacionado con trastornos en el desarrollo neuronal era biológicamente posible. Adicionalmente el comité supuso que el esfuerzo para eliminar el tiomersal de las vacunas era una medida prudente de sanidad publica para reducir en la medida de lo posible la exposición del mercurio a bebes y niños. Una de las razones por las cuales puede haberse incrementado el número de niños con estos trastornos neuronales haya sido el incremento espectacular en el numero de vacunas administradas que a pasado, de ninguna ó unas pocas a nuestros abuelos a unas 8 para los padres actuales a unas 22 para sus hijos. Si sumamos que muchas contiene tiomersal como conservante se puede comprobar que el numero de niños vacunados en la actualidad que son prácticamente todos reciben unas cantidades de tiomersal muy superiores a la de sus padres ó sus abuelos.
Las autoridades sanitarias aunque conscientes de este problema se escudan
en que las concentraciones del tiomersal en las vacunas infantiles son
muy bajas y no representan un riesgo para la población infantil
ó adulta. A la vez que indican que no hay estudios que demuestren una relación directa entre el uso del Tiomersal en las vacunas infantiles y problemas neurológicos como retraso del lenguaje, síndrome autistas y alteraciones la conducta como la hiperactividad, cuando lo que hay que hacer es aplicar las mínimas pautas de prevención e información en un caso de salud publica, como este. Durante varios años han existido y existen vacunas para prevenir la misma enfermedad que no contienen tiomersal y en muy pocos casos si es que ha habido alguno el personal sanitario responsable de la administración de las vacunas advierte de la presencia del tiomersal en estas, con lo cual los padres que son los responsables del cuidado del niño, no están advertidos y no pueden tomar una decisión a una acción que puede cambiar la vida de sus familias. Una de las soluciones mas lógica es la de administrar otra vacuna indicada para la misma patología pero que no contenga este conservante, pero para tomar esta acción los padres tienen que estar informados. Así que todo parece indicar que la relación entre la administración
sanitaria y los laboratorios fabricantes de las vacunas, tiene prioridad
sobre la salud a los niños a vacunar. Es curioso como cualquier critica frente a la política de vacunación es considerada como una provocación hostil al sistema sanitario y se alega el peligro que supone crear alarma social, en vez de solucionar un problema tan claro como retirar un compuesto neurotóxico de las vacunas.
Se considera necesario reducir al máximo la exposición de mercurio a toda la población pero especialmente a bebes y niños, por lo que se aconseja la utilización de vacunas sin tiomersal. Se exige a los laboratorios farmacéuticos a que retiren las vacunas con tiomersal infantiles y adultas en el plazo más breve posible. Es necesario que la protesta llegue a Sanidad para que deje de seguir jugando a la ruleta rusa con la salud, por proteger los intereses comerciales de algunos laboratorios que deberían haber dejado de utilizar compuestos tóxicos en sus vacunas hace ya muchos años. No se esta frente a la vacunación per se sino a la inclusión de un compuesto tóxico (tiomersal) en las vacunas. Fuente: Liga para la libertad de vacunaciones
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